Ciudades y pueblos reducidos a escombros, polvo y hierros desvencijados. El terremoto que sacudió ayer a Ecuador ha dejado una cicatriz visible en la cara bonita del país, en las playas y zonas turísticas que sostenían, en parte, la economía de grandes ciudades y de pequeños puertos pesqueros, como Manta, Bahía de Caraquez, Canoa o la más afectada, Pedernales.
Al menos 272 personas han muerto y 2.500 han resultado heridas. Otras tantas permanecen bajo los escombros. Leer noticia completa:
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